Madeira
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Perdido en el Océano Atlántico, a unos 600 kilómetros de África del Norte y 1000 km de Lisboa, se encuentra el archipiélago de Madeira y Porto Santo, Madeira con exuberante vegetación, empinadas colinas y vistas sorprendentes, Porto Santo casi sin vegetación, pero haciendo gala de una playa de 9 km.
La isla de Madera es bien conocida por los turistas, y su capital, Funchal, ofrece una amplia variedad de hoteles, restaurantes y tiendas, aparte de museos y construcciones históricas.
Lo mejor, sin embargo, es explorar toda la isla: desde Pico Ruivo, su montaña más alta, a la que sólo se puede acceder a pie, hasta Curral das Freiras, un magnífico valle rodeado por escalofriantes picos, sin pasar por alto los pequeños pueblos junto al mar, en todas partes se pueden admirar paisajes impresionantes de profundos acantilados, verdes bosques y flores exóticas.
Por el contrario, Porto Santo tiene lo único que le falta a Madeira: una enorme playa arenosa, donde disfrutar todo tipo de deportes acuáticos.
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Perdido en el Océano Atlántico, a unos 600 kilómetros de África del Norte y 1000 km de Lisboa, se encuentra el archipiélago de Madeira y Porto Santo, Madeira con exuberante vegetación, empinadas colinas y vistas sorprendentes, Porto Santo casi sin vegetación, pero haciendo gala de una playa de 9 km. La isla de Madera es bien conocida por los turistas, y su capital, Funchal, ofrece una amplia variedad de hoteles, restaurantes y tiendas, aparte de museos y construcciones históricas. Lo mejor, sin embargo, es explorar toda la isla: desde Pico Ruivo, su montaña más alta, a la que sólo se puede acceder a pie, hasta Curral das Freiras, un magnífico valle rodeado por escalofriantes picos, sin pasar por alto los pequeños pueblos junto al mar, en todas partes se pueden admirar paisajes impresionantes de profundos acantilados, verdes bosques y flores exóticas. Por el contrario, Porto Santo tiene lo único que le falta a Madeira: una enorme playa arenosa, donde disfrutar todo tipo de deportes acuáticos.
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