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El municipio de Castelo de Paiva yace en una región verde, cubierta de viñedos, y se enorgullece de sus deslumbrantes vistas sobre el Duero.

Sin embargo, el
ex-libris de la ciudad es otro río, el Paiva, el cual fluye alrededor de la islita de Castelo, que más bien parece una vieja fortaleza fluvial, y resulta excelente para los deportes acuáticos: hay barcos de alquiler y una piscina de natación al aire libre, además de una serie de playas agradables y la posibilidad de hacer cruceros a lo largo del Duero.

Esta zona también ofrece una inmensa área de bosques cruzada por ríos y arroyos donde disfrutar bonitos paisajes, una atmósfera tranquila y un contacto íntimo con la Naturaleza.

En cuanto a la arquitectura, hay varias casas señoriales de los siglos XVII y XVIII en fincas solariegas junto al Duero, como el
Solar da Fisga, al igual que delicadas iglesias y capillas con preciosas tallas doradas e imágenes religiosas.

La artesanía regional incluye cestería, trabajos en lino, cobre y bronce, siendo estos dos últimos, sin lugar a dudas, los de mayor renombre.

En cuanto a la gastronomía, hay muchas opciones, desde el arroz con lamprea al sábalo y el bacalao asados, o bien, cabrito o ternera en gruesas rebanadas, hígado frito y churrascos encebollados; en todo caso, cualquiera de estos platos siempre podrá ser acompañado por el delicioso
vinho verde tinto, ligero y espumoso del lugar.
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