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El municipio de Cabeceiras de Basto queda en lo que se conoce como
Terras de Basto. Su historia se pierde en el tiempo: la existencia de ruinas célticas y dólmenes hace pensar que estaba habitada en tiempos prerromanos.
La región también fue refugio de los invasores moros y en varios lugares se han hallado esculturas que se han dado en llamar
bastos; se cree que éstas representen guerreros celtas.
Cabeceiras de Basto alberga varias mansiones espléndidas, que datan de los siglos XVII, XVIII y XIX, y la que es considerada la mejor de las estatuas de la región, el
Basto. Esculpida en granito y representando el cuerpo de un guerrero, se supone que fue tallada antes de la llegada de los romanos; después de las guerras napoleónicas, obtuvo, a manera de burla, la cabeza de un soldado francés.
Sin embargo, la atracción principal de Cabeceiras de Basto es el antiguo y magnífico Monasterio de Refojos, con un domo que se levanta a treinta y tres metros y estatuas de los Apóstoles y el Arcángel San Miguel.
En esta zona, vale la pena visitar la Casa de la Torre, una casa solariega de origen medieval, reconstruida en el siglo XVIII, el notable grupo de molinos de agua y de viento de Moinhos do Rei, del siglo XII, cerca de Abadim, y el puente romano de Cavez.
Cabeceiras de Basto es, además, buen punto de partida para escalar el Monte Farinha, el pico más alto de la comarca, a novecientos sesenta y seis metros de altitud; en su cúspide, la Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia ofrece vistas maravillosas por encima del valle del río Tâmega.
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