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Turismo en el Espacio Rural (2) |
Desde las torres del sólido castillo de Penela, construido en 1087 por el primer gobernador de Coimbra como parte de las líneas de defensa del valle del Mondego, pueden admirarse vistas deslumbrantes por encima del pequeño pueblo y las cuestas densamente arboladas de la Sierra de Lousã.
En el interior, resguardada por gruesas murallas, la Capilla de San Miguel data del siglo XV; este santo también dio nombre a una de las dos parroquias de Penela, que creció alrededor del templo; la otra es la de Santa Eufemia, del siglo XVI, con un pórtico primorosamente decorado y un capitel romano utilizado como pila bautismal.
Sin salir del municipio de Penela, la simpática aldea de Espinhal yace en las faldas de la Sierra del Amparo, entre fecundos campos de maíz y patatas y olivares; el cercano arroyo de Azenha es rico en truchas y ofrece sitios curiosos para visitar, como Pedra da Ferida, un salto de agua de veinticinco metros donde todavía se pueden ver viejos molinos de agua en funcionamiento.
A unos cinco kilómetros de Penela, la población de Rabaçal es famosa por sus deliciosos quesos, hechos con una mezcla de leche de oveja y de cabra; se dice que el secreto de esta especialidad regional radica en una hierba que crece abundantemente en las pasturas durante la primavera: la «hierba de Santa María».
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