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Como su nombre lo indica, esta tierra perteneció una vez a los Caballeros Hospitalarios, a quienes les fue donada en 1120 por la madre de Afonso Henriques, primer rey de Portugal.
La presencia de estos monjes y guerreros es recordada en la Iglesia Matriz del siglo XIII y en la tumba de uno de los fundadores del pueblo, Domingues Joanes, representado en una estatua ecuestre.
La ciudad está ubicada en una suave ladera cruzada por el río Cavalos, desde donde pueden verse las alturas cubiertas de nieve de la Sierra de Estrela, la más alta de Portugal.
Por mucho tiempo, el pastoreo de ovejas fue una de las actividades principales del lugar, pero durante las últimas décadas Oliveira do Hospital ha prosperado mucho y se ha convertido en una movida ciudad industrial; vale la pena visitar la Iglesia Matriz, la Capilla de Santana, del siglo XVIII, y la picota.
En Lourosa, doce kilómetros al sur, la famosa Iglesia de San Pedro data del siglo X pero incluye elementos de otros períodos: el pórtico es visigodo y los diez grandes arcos en el interior, así como el cementerio excavado bajo el edificio, reflejan la ocupación romana.
En la región, vale la pena explorar los valles profundos cavados por los ríos Alva y Alvoco con vistas inolvidables del paisaje verde e irregular y de aldeas pintorescas como Aldeia das Dez, que parece un pesebre navideño con sus casas trepando por una colina y sus calles convertidas en escaleras, o Avô, que exhibe sus casas de granito de los siglos XVI y XVII, una picota interesante y las ruinas de un castillo.
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