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Albergaria-a-Velha es la ciudad principal de este municipio situado en el valle del río Vouga; allí vale la pena visitar la Iglesia Matriz, con el altar mayor y retablos en rico maderaje dorado de los siglos XVII y XVIII, la Casa y la Capilla de San Antonio, del siglo XVIII, y la Capilla de San Sebastián, que ostenta otro retablo en madera tallada al oro del siglo XVII.

La colina de Nuestra Señora del Socorro es un paraje ideal para descansar, rodeado de magníficas vistas y pinares.

Mientras tanto, entre los vestigios arqueológicos más interesantes encontrados en la zona, que además confirman la presencia humana desde tiempos muy remotos, están las
mamoas, nombre dado por los lugareños a los extraños monumentos funerarios con aspecto de mamas que datan del período neolítico.

El núcleo más significativo es el de Taco, donde durante años se han llevado a cabo excavaciones, con muy buenos resultados; las dos
mamoas que permanecen en ese sitio son grandes montículos de tierra que cubren dólmenes y cámaras mortuorias.

Por otra parte, se han hallado varios objetos de uso cotidiano, para rituales religiosos y con propósitos ornamentales, hechos de materiales líticos, cerámica y cristal de roca.

La artesanía de la región incluye cestería y bordados.

La gastronomía es exquisita y variada: cochinillo asado,
rojões (carne de cerdo bien condimentada con especias y cocinada al vino, con ajo), anguilas y diversas recetas a base de lamprea.
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