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El municipio de Sabrosa presenta una geografía variada: la zona norteña está dominada por un paisaje recio de cantos rodados de granito y la parte del sur, dentro de la región vinícola del Alto Duero (declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), se caracteriza por viñas en terrazas escalonadas que ofrecen vistas inolvidables.
Habitada desde tiempos inmemorables, Sabrosa tiene un patrimonio arqueológico interesante y exhibe monumentos neolíticos como los dólmenes funerarios de la sierras de Senhora da Azinheira y de Criveiro y de las mesetas de Pinhão Cel o los castros fortificados de Sabrosa y São Domingos, que datan de la Edad del Hierro.
La región sorprende por la riqueza y estupenda arquitectura de sus fincas solariegas y casas blasonadas, construidas entre los siglos XV y XIX: primero, producto del lujo y la prosperidad alcanzados durante la época de los Descubrimientos, y luego con la fundación de la Región Vinícola Demarcada del Duero, por parte del marqués de Pombal, en 1756.
Algunos de los ejemplos más exquisitos son el
Solar dos Canavarros, del siglo XVII, convertido en hotel, la
Casa da Comba, con su escudo de armas esculpido en un enorme bloque de granito, y la
Casa dos Pereiras, del siglo XVI, donde se dice que nació Fernando de Magallanes, el famoso navegante, pero hay muchos otros solares bonitos en Provesende, Celeirós, Vilarinho de São Romão, Gouvães, etc.
En lo que a la arquitectura religiosa se refiere, merecen visitarse la Capilla de Nuestra Señora de Azinheira, en São Martinho de Anta, y la Iglesia Matriz de Celeirós do Douro, ambas en estilo barroco.
Igualmente notables son la fuente del siglo XVIII y la picota de 1573 de Provesende, y otra, en Gouvães do Douro, en forma de jaula apoyada sobre un gran pilar.
Aparte los renombrados vinos del Duero, Sabrosa ofrece una gastronomía suculenta y sabrosa como su nombre, que incluye platos como el asado de cabrito con arroz al horno, el
cozido à portuguesa (una variedad de carnes, salchichas y verduras) y la
bôla de carne (pastel de carne), además de postres típicos como el
pão-de-ló (un bolo esponjoso) y las
cavacas (galletas glaseadas).
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