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Municipio de gran belleza natural, situado en la frontera entre las regiones de Minho y Trás-os-Montes, Mondim de Basto combina su variado paisaje, particularmente notable en el Parque Natural de Alvão, con un interesante patrimonio arquitectónico, arqueológico y etnográfico.
En su sede se destacan la Iglesia Matriz, en estilo románico, con un retablo renacentista, el Puente de Cabril, de la época romana, y algunas distinguidas casas señoriales, como la Casa de los Azevedos.
En cuanto a la arqueología, cabe mencionar las fortalezas neolíticas de Castro do Monte dos Palhaços y de Castro de Vilar de Viando, a unos dos kilómetros de distancia.
De la cima del Monte Farinha, con la popular Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia y un mirador a novecientos noventa metros de altura, se puede admirar un inmenso e impresionante panorama.
El Parque Natural de Alvão, una de las principales atracciones de la zona, es compartido con el vecino municipio de Vila Real; en esta reserva que ocupa un área de setenta y dos kilómetros cuadrados, entre los ríos Corgo y Tâmega, el paisaje se transforma desde los campos verdes y fecundos de las tierras bajas a los yermos en las alturas, como el lugar donde nace el pequeño río Olo, a mil doscientos cincuenta metros de altitud, que luego se precipita en la cascada espectacular de Fisgas de Ermelo.
El pintoresco pueblo de Ermelo es el más grande situado en el Parque Natural de Alvão, donde todavía se ven las típicas casas de esquisto, viejos trujales de aceite y graneros y suelos de trilla de piedra.
A corta distancia, en la cúspide del Alto do Velão se disfruta una vista espectacular e inolvidable por encima de las montañas y el valle del Tâmega.
El parque también es refugio de una fauna diversa: halcones, águilas, tordos y nutrias.
Las especialidades gastronómicas incluyen un excelente cabrito asado y el bueno
vinho verde de Mondim de Basto; además, se encontrarán curiosas artesanías: bordados, telas tejidas y trabajos en piedra.
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